Grandes, con mucha alzada y de largos y amplios esqueletos, aunque no siempre bien rematados de carnes. Así fueron físicamente los seis toros de la ganadería de Miura lidiados en la última corrida de los sanfermines. Pero toda la impresionante corrida del legendario hierro sevillano estuvo vacía de casta y de fuerzas, sin poder responder con una mínima entrega a los engaños que les presentaron los tres espadas del cartel.
FICHA DEL FESTEJO:
Seis toros de Miura, de mucho volumen y caja, con más de seiscientos kilos de media, aunque de desigual remate de carnes y musculatura. Corrida, sin excepción, vacía de raza y de fuerzas, con un comportamiento muy deslucido.
Rafaelillo: estocada (vuelta al ruedo tras leve petición); pinchazo y estocada (silencio).
Javier Castaño: pinchazo y estocada trasera atravesada (silencio); tres pinchazos y dos descabellos (silencio).
Jiménez Fortes: estocada (oreja); estocada caída y cuatro descabellos (silencio).
Javier Castaño fue atendido en la enfermería de un corte en la mejilla izquierda producido por su propia espada, rebotada tras un pinchazo.
Entre las cuadrillas, destacó con el capote Joselito Rus y en banderillas saludaron David Adalid y Fernando Sánchez, aunque los mejores pares los clavó José Antonio Carretero al tercero.
La Monumental de Pamplona casi se llenó en el décimo y último festejo de los Sanfermines.