El actor norteamericano visitó la OIP para recibir asesoramiento para filmar un documental en honor a su amigo fallecido por sobredosis y prepararse para correr en el encierro
Sobreexcitado y aún jadeante, el actor norteamericano Daniel Baldwin recorría esta mañana del 12 de julio de 2019 el último tramo de calle de la Estafeta con cierto brillo en la cara: eran gotas de sudor y una tremenda sonrisa. Apenas habían pasado uno o dos minutos desde el final del encierro y Baldwin estaba feliz: “Aun me late el corazón a mil, pero sobre todo me siento tremendamente realizado”. Baldwin acababa de cumplir una promesa a un amigo fallecido: correr el encierro con los toros en Pamplona en “la curva del hombre muerto”, tal y como muchos extranjeros denominan a ese giro de noventa grados donde se retuerce la calle Mercaderes.
Daniel, de 58 años, es el segundo de los cuatro hermanos Baldwin, William, Stephen y Alec, una saga de actores todos ellos de Hollywood. A diferencia de sus hermanos, Daniel fue más conocido en la televisión que en la gran pantalla, en especial por su papel de detective en la serie de NBC ‘Homicide: Life on the Street’ y otras como caso Abierto o Hawai 5.0.
A lo largo de su filmografía y su atropellado currículum, Daniel Baldwin reconoce haber llevado una vida de excesos, tropiezos, idas y venidas. Pero desde hace un tiempo Baldwin dio un giro a su vida y también quiso comprometerse con un amigo suyo de la infancia, Patrick Michael Raynor, o PJ como le llamaban cariñosamente. Ambos elaboraron una lista de 10 asuntos que tenían pendientes en la vida y que les gustaría hacer juntos cuando superasen algunas de sus adicciones. En las listas de ambos aparecía “correr los encierros de San Fermín”, así que la marcaron.
PJ se comprometió a hacerlo cuando llevase más de dos años sobrio. Sin embargo, esto nunca ocurrió. A pesar de que PJ llevaba ya tres años sobrio y limpio de adicciones aún no habían encontrado un hueco en sus agendas para venir a Pamplona. Y un día Daniel Baldwin recibió una llamada devastadora: “Oye, PJ ha muerto”. Su amigo acababa de fallecer de sobredosis. “No sabía que seguía teniendo problemas, que seguía enganchado”, reconoce Baldwin.
La noticia dejó a Daniel roto. “Sentía un vacío enorme”, dice el actor. Así que decidió comenzar una transformación física y mental, prepararse para correr este encierro y filmar un documental en honor a su amigo fallecido titulado precisamente ‘My promise to PJ’.
El rodaje comenzó en febrero del año pasado, Daniel Baldwin se propuso ponerse en forma y ha perdido desde entonces más de 28 kilos, sale a correr todos los días y ha ganado velocidad y autoestima. El encierro de este viernes 12 de julio será el final del film. El colofón narrativo. “Cumplir esta promesa creo que me ayudará a seguir adelante y superar la perdida de mi amigo”, reconocía Daniel Baldwin anteayer en Pamplona. “Estoy guiado por él y mi fe está fuerte también”, aseguraba. Tanto es así que confesó que corrió el encierro con un puñado de cenizas de su amigo, que conservaba en un pequeño saco de mano.
“Decidí documentar esto porque mi deseo es mostrar un mensaje de esperanza”, afirma Daniel. “¿Qué pasa con la gente que dejamos atrás?”, se pregunta el actor. El documental es una reflexión sobre las vidas que dejamos interrumpidas cuando fallecemos sin previo aviso. “Puede ser un accidente de tráfico, de avión o cuando algo inesperado ocurre, o un cáncer”, reflexiona.
“Un padre o una madre no deberían enterrar a sus hijos, no es natural. Este es un mensaje. Dar voz a toda esta gente. Yo mismo estaba enfadado, estaba cabreado con mi amigo, y muy frustrado, y sentía cómo de inútil había sido toda la lucha que habíamos hecho para desintoxicarnos. Todo lo que habíamos logrado. Y todo lo que habíamos perdido por su estúpida decisión, por esa última dosis. Así que quiero lanzar un mensaje: No tiene por qué ser así, hay esperanza, hay formas de hacer lo correcto, de superarse, y no es necesario estar aislado. En nuestro país perdemos cada año jóvenes por adiciones en números mucho más altos que muchachos que perdimos en la guerra de Vietnam. ¡Esto es una epidemia! 70.000 jóvenes muertos tan solo este año…”, explica Baldwin.
“Como cineasta y actor, puedo hacer proyectos grandes o pequeños, algunos comerciales, otros no; pero por encima de todo eso, si puedo hacer un film, uno solo, que pueda salvar la vida de una sola persona o hacerla reflexionar… ¡Bravo! Habrá merecido la pena si podemos usar los medios de comunicación de forma positiva”.
Daniel Baldwin
Algunas impresiones sobre Pamplona
El actor Daniel Baldwin, que llegó a Pamplona desde Barcelona el pasado miércoles por la noche, visitó la Oficina Internacional de Prensa de San Fermín para asesorarse, junto a su amigo y realizador del documental Andy Bowels sobre los permisos para filmar en el encierro y recibir las pertinentes acreditaciones y también diferentes consejos, incluso también sobre cómo correr junto a los toros.
El segundo de los Baldwin fue un destacado jugador de fútbol americano y cree que esa experiencia vital le puede servir como referente: “En el fútbol americano tenemos el lanzamiento inicial (el ‘kick off’) que es cuando tienes que atrapar el balón tú solo y el resto de jugadores comienzan a perseguirte. No sabes lo que el hombre enfrente tuya va a hacer, es imprevisible como el toro, tu solo sabes que tienes que correr con la pelota y tratar de esquivar, evitar o pensar qué ocurrirá. Saldrás magullado y golpeado. Tienes que estar preparado para cualquier cosa”, relata.
Y finalmente sí, Daniel Baldwin corrió el encierro en la mañana del viernes y salió ileso. Y radiante. En vez de vestirse de blanco, Baldwin escogió una camiseta negra de un conocido equipo de fútbol, casi haciendo honor al luto, y con un pañuelico rojo en el que se leía en inglés el lema “En la vida, coge al toro por los cuernos”. Tan solo fue atrapado por algunos compatriotas que le reconocían en la calle y aprovecharon para sacarse selfies, fotos y concitar abrazos. Baldwin estaba encantado.
Durante los próximos días confesó que aprovechará para disfrutar de las fiestas y dar una vuelta por Pamplona, que ya desde el primer momento le ha causado una muy buena impresión: “Estuve un año viviendo en Cerdeña y me recuerda de alguna manera a aquello, a las fiestas populares allá. Ver cómo se juntan las personas mayores, los ancianos con los jóvenes, y los niños, diferentes familias, las danzas en la calle. Amo ese sentimiento de comunidad, esa sensación de formar parte de algo. De la vitalidad. Es fascinante”.