El recorrido del encierro de la capital navarra, durante las madrugadas de los días 3 y 4 de julio, se cubrió con 1.500 litros de antideslizante para evitar los resbalones de los astados.
Como novedad este año, el Ayuntamiento de Pamplona ha autorizado su uso en la salida de los Corrales del Gas, desde donde parte el encierrillo. El tramo del encierro nocturno ha sido tratado con este producto, por la petición formulada por los pastores, con el objetivo de garantizar que el animal no sufra caídas antes del encierro.
La superficie total, que queda cubierta por el antideslizante, asciende a 1.700 m2, aproximadamente un litro (0.8L) por metro cuadrado, y fue esparcido en unas nueve horas por casi una decena de operarios.
La empresa guipuzcoana Pavitec ha sido la encargada de realizar esta tarea, que este año ha realizado trabajos en zonas de Barcelona o en el los suelos de edificios como el Alcázar de Toledo, las Torres Kio o el Museo Guggenheim.
Desde hace 18 años se empezó a usar esta sustancia en los 875 metros de recorrido del encierro, desde la cuesta de Santo Domingo hasta el arranque de la Estafeta. Su principal objetivo es evitar resbalones y accidentes.