La maestría demostrada por Hermoso le hizo merecedor de dos orejas, a pesar de encontrarse con el peor lote de la tarde. Cortó una al primero, poco bravo; y otra a su segundo, también complicado y escaso de embestida.
Galán, por su parte, se fue de vacío en su primero, pero a cambio cortó las dos de su segundo, el quinto de la tarde.
Armendariz se tuvo que contentar con una oreja de su primero, en la que era su tercera visita al coso pamplonés, lo que evitó que saliera a hombros junto a los otros dos rejoneadores.