El rejoneador estellés Pablo Hermoso de Mendoza, y torero navarro más grande de todos los tiempos, se ha despedido de la Plaza de Toros de Pamplona tras una corrida que puso al público del revés por la faena realizada en su primer toro, así como por el triunfo cosechado por su hijo Guillermo al segundo de su lote. ambos cortaron dos orejas y salieron por la puerta grande a lomo de sus respectivos caballos. Los dos rejoneadores tuvieron de compañero de tarde al también navarro, Roberto Armendáriz.
Este embajador de Navarra cuenta ya con una placa en el Patio de Caballos que reconoce su labor en los ruedos. En la plaza se indica que ha actuado en ese coso 34 veces y ha cortado 59 orejas y 3 rabos. Ha sido una despedida más de un recorrido que comenzó en otoño en Latinoamérica y concluirá en septiembre en Sevilla.
El fin de fiesta lo pusieron un grupo de Mariachis que en el centro del ruedo y frente a los tres rejoneadores de la tarde, dedicaron a Pablo Hermoso de Mendoza la canción “El rey”, seguida de varias más que el público no dejó de corear como si fuera una sola voz.
El centauro navarro bailó con una de sus hijas y recibió también el abrazo y los besos de la segunda de ellas. Un día que no olvidará, y que permanecerá también en la retina de todos aquellos que han visto su faena en la arena.