Los Sanfermines vienen acompañados de tradiciones y costumbres. Algunas más antiguas, otras más recientes. En la peña La Jarana tienen una que llevan realizando desde 2004 y que ya desde el inicio resultó muy popular: todos los años, normalmente los días diez u once de julio, organizan una paellada en la plaza Santa Ana.
Estos Sanfermines, la fecha elegida fue el lunes 10 de julio. “Fue muy bien, hicimos 7 paellas para casi 600 personas”, cuenta Víctor Aranaz, presidente de la peña La Jarana. A pesar de las altas temperaturas y de la escasa sombra en la plaza Santa Ana, los asistentes pudieron disfrutar de un día diferente. Así lo define Pío Barbería, socio de la peña: “Parece un día de campo en mitad de Pamplona”.
No se preparan mesas. Las únicas mesas que hay son las que se utilizan para cocinar y preparar los ingredientes. “Normalmente la gente se sienta en el suelo o en los bordillos, pero también hay quien trae sus mesas de campo. Otros llevan una manta y la echan al suelo”, narra Aranaz. Se trata, por lo tanto, de un evento muy familiar. Un evento popular que permite, a todo el que quiera, pasar un agradable momento con familia, amigos, o incluso con aquellos que acaban de conocer. Puede acudir cualquier persona, independientemente de ser socia de la peña o no. “Cualquiera que pase por allí se puede quedar. Te pones a la cola y coges un plato. Puedes coger paella tantas veces como quieras”, explica Aranaz. A lo largo de estos años, han acudido ganaderos, fotógrafos e incluso toreros conocidos.
No se trata de una paella cualquiera. Su elaboración es muy cuidada, y desde que se comenzó a celebrar la paellada en 2004 siempre se prepara de la misma manera. El encargado de hacer la paella es un socio de Castellón al que se le conoce como “Tito”. Gracias a él también comenzó todo. Junto al antiguo presidente, decidieron hacer una paella para la peña, y sin saberlo, comenzaron con una tradición que dura hasta el día de hoy. “Durante los primeros años, venía también un hombre de Castellón que preparaba todo. Los socios le ayudaban, pero era él el que lo hacía”, explica Aranaz. Sin embargo, por motivos de salud, tuvo que dejar de venir a Sanfermines, de modo que “Tito” se ha quedado como principal responsable. “Él es el director de orquesta. Si dice que hay que poner el agua, ponemos el agua. Si dice que hay que dejar la paella reposar cinco minutos, la dejamos reposar”, cuenta Barbería.
Son este tipo de iniciativas las que hacen de los Sanfermines unas fiestas especiales. Iniciativas populares que nos recuerdan que, entre tanta multitud y masificación, también hay hueco para celebraciones más cercanas y familiares.