Tres años de pandemia han impedido la celebración de los sanfermines, pero este 7 de julio, el Santo ha recorrido de nuevo las calles de su ciudad entre aplausos y ovaciones, jotas y ofrendas en forma de pétalos de flores.
Hacia las 10 de la mañana, la corporación municipal, presidida por el alcalde, Enrique Maya, ha salido de la Casa Consistorial y, acompañada por la comparsa de Gigantes y Cabezudos, La Pamplonesa, txistularis, gaiteros, timbaleros, libreas o maceros, se ha dirigido a la Catedral para recoger al Cabildo y caminar juntos hasta la Capilla de San Fermín desde donde el Santo ha salido en procesión por las calles del Casco Antiguo.
Alex Del Moral Apellániz, pamplonés de 13 años, cantaba esta mañana junto a sus compañeros de la Escuela de Jotas Irabia, que desde 2015 ameniza la espera al Santo la mañana del 7 de julio a la entrada de la iglesia de San Lorenzo. ”Después de tres años sin San Fermín, sin poder cantar, me siento súper feliz”, asegura Alex. Frente a él, el peraltés Iñaki Reta Moreno tocaba el acordeón y preguntaba: “¿quién tiró la piedra?”. Respondía él mismo: ”este año, la tiró el Covid”. Reta ha venido a sanfermines este verano desde California, donde trabaja en la actualidad. “Allí las restricciones por la pandemia son mucho menos duras, así que decidí irme allí. Volver este año está siendo súper emotivo, porque antes de irme fuera fui director de la Escuela de Jotas”, reconocía el músico.
Más de media hora después, ha comenzado a salir de la iglesia de San Lorenzo toda la comitiva, y finalmente el Santo, entre los aplausos del público y con las campanas de la iglesia sonando de fondo.
“Yo vengo a la procesión porque venía con mi padre, que era muy sanferminero, y falleció el 7 de julio del año 2000. Ahora venimos mi hermana y yo, mantenemos la tradición de vivir la mañana del 7 de julio”, señalaba el pamplonés Alberto Fraile San Julián minutos antes de escuchar la jota Al Glorioso San Fermín en la plaza del Consejo, interpretada una vez más por la coral de Santiago de la Chantrea. Tras la jota, se escuchaba una gran ovación. Cristina Hernando Rodríguez, nacida en Burgos, pero vecina de Pamplona desde hace 60 años, valoraba que “ha sido muy emocionante escuchar la jota, toda la gente de blanco otra vez, lo estoy viviendo con mucha emoción”.
Un cuarto de hora más tarde, la procesión estaba recorriendo la calle Mayor, camino de la iglesia de San Lorenzo. Los pequeños buscan a sus kilikis y gigantes favoritos. La Comparsa hace un descanso, y junto a la giganta europea conversan sus tres bailarines. Xabier Garín Urdániz destaca de esta vuelta a celebrar las fiestas desde la Comparsa “la sensación de continuidad, de que nada ha cambiado, pero en la gente hay muchas emociones, llora… Han sido años duros. Hay emociones contenidas”. Mikel Larumbe Biurrun reconoce que el día 6, fueron ellos los emocionados: “teníamos la expectativa de no salir por la lluvia, y por fin salimos, después de estos tres años“. Larumbe, junto a su compañero Aitor Fernández Lanz, añade que también “en la Comparsa hay añoranzas, vacíos, ya que en estos años hemos perdido a un compañero”.
Pasadas las 12 de la mañana, el Santo ha retornado ya a su capilla en San Lorenzo y ha comenzado la misa en honor a San Fermín, oficiada por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, y el Cabildo Catedralicio. Han participado la Capilla de Música de la Catedral y el Orfeón Pamplonés, entre otros.
