La tarde de rejones en la plaza de toros de Pamplona ha supuesto dos puertas grandes, ambas para los rejoneadores navarros, Pablo Hermoso de Mendoza y Roberto Armendáriz. Sergio Galán concluyó con una oreja.
Disparate, caballo de salida de Hermoso de Mendoza, resbaló en la cara del toro cuando el navarro trataba de encelarlo. A pesar de sufrir varios derrotes cuando se encontraba en en el piso, ni la cabalgadura ni el propio Hermoso han sufrido daños, según las primeras informaciones, tal y como informa la web Mundotoro.com
De hecho el torero estellés llevó a cabo una labor de mucha transmisión con el tendido fruto de la intensidad y la pureza con que realizó las suertes. Chenel volvió a ser determinante en la lidia con sus templadísimos galopes de costado al hilo de las tablas y sus arriesgadas pasadas por los adentros. La demora con el rejón de muerte se llevó los trofeos.
El cuarto tuvo nobleza y calidad pero Hermoso le cuajó una labor excepcional. Su caballo Van Gogh brilló a gran altura con varias batidas inverosímiles, igual que Manolete, que atacó de frente y pirueteó en la misma cara del astado.
A las peñas la exhibición del torero navarro les pilló de merienda y quizá por eso no acabaron de meterse en la obra. Por eso tuvo que tirar de Pirata y con varios ‘telefonazos’ y un par excepcional de cortas a dos manos se ‘merendó’ de golpe a toro y público. Cosas de maestros.