Una vez más, San Fermín va más allá de la imagen simplista de alcohol y fiesta sin ley. Los Sanfermines son las fiestas de los pamploneses y pamplonesas y entre los cientos de actividades programadas, hay un detallado e interesante calendario deportivo.
Quizá el más destacado, el que atrae a un mayor número de personas sea el torneo de pelota mano que se celebra en el frontón Labrit de Pamplona. En él se dan cita los mejores pelotaris que deleitan a un entregado público con sus pelotazos inimaginables para el común de los mortales. Martínez de Irujo, Olaiozola, Merino II o Albisu, entre otros destacados profesionales, pelean este año por la txapela en el Labrit.
En los frontones pamplonicas también hay espacio para el espectáculo del remonte y la cesta punta, donde la velocidad de la pelota llega a rozar los 300 kilómetros por hora. De hecho, el récord lo lo estableció el vizcaíno José Ramón Areitio en el Newport Jai Alai de Rhode Island, en 1979, que imprimió a la pelota una velocidad de 302 kilómetros por hora.
Pero el deporte puede encontrarse en San Fermín casi en cualquier lado. Durante los nueve días de fiestas se organizan torneos y exhibiciones en las calles y plazas de la ciudad. Allí, los espectadores se acercan para ver la habilidad y fortaleza de los aizkolaris (compiten cortando troncos) y la fuerza sobrehumana de los Harrijasoketas (levantadores de piedras), que llegan a levantar moles de más de 300 kilos. El récord lo tiene Mieltxo Saralegi, que levantó la friolera de 329 kilos.
Incluso, en el contexto de los Sanfermines, la ciudad de Pamplona celebra a finales de junio la Maratón y Media maratón de San Fermín, que transcurre por las calles de la capital navarra. En esta edición participaron más de 2.700 corredores que quisieron ligar deporte y San Fermín de una vez por todas.