El Labrit y los cerca de 600 pelotazales allí presentes han sido testigos de un auténtico espectáculo de eskupilota, de esos que dejan con ganas de más, deseando que la final no termine. Zabaleta-Gaminde se han impuesto por 17-22 a Arrizabalaga-Oses en un partido muy disputado y que ha dejado muchos destellos de calidad individual de las cuatro pelotaris.
Zabaleta-Gaminde han demostrado que la pelota vasca femenina tiene un futuro brillante. Con tan solo 14 y 16 años, han conseguido ganar una de las txapelas más prestigiosas. El camino no ha sido fácil, pues primero tuvieron que derrotar a Aldai-Zabala en la semifinal. De esta manera, en apenas un par de semanas, han conseguido imponerse a Amaia Aldai y Olatz Arrizabalaga, las dos principales referencias de la mano femenina.
Arrizabalaga-Oses han comenzado más fuertes el partido, adelantándose en varias ocasiones y demostrando que cuentan con más experiencia en este tipo de duelos. Sin embargo, conforme avanzaba el partido, Zabaleta-Gaminde han ido cogiendo ritmo y dejando atrás los nervios iniciales. Zabaleta ha demostrado que las dejadas son su especialidad y ha conseguido, con esta técnica, unos cuantos tantos. Esto, junto a la solidez de Gaminde atrás y los fallos de las rivales, les ha permitido remontar el partido y hacerse con la txapela.
Ha sido un partido apasionante, con todos los ingredientes que se le pueden pedir a una final. Además, del resultado final podemos sacar una lectura muy positiva: las nuevas generaciones de pelotaris son capaces de plantar cara a las pelotaris más consagradas, de modo que el panorama de la mano femenina demuestra ser competitivo, fuerte, y con mucho nivel.