Tras los cinco primeros días de San Fermín y concluido el fin de semana comienzan los Sanfermines “de los de casa”, con mayoría de pamplonicas. Como si quisieran celebrarlo, los Jandilla han brindado un encierro veloz, cargado de emoción y no sin varios sustos.
Arrancó la manada junta, con uno de los bravos encabezando la marcha y buscando con la cabeza mozos a quien embestir. Hubo caídas entre los corredores pero únicamente cinco trasladados al hospital, todos ellos por contusiones y traumatismos (2 en brazos, 2 en piernas y una craneal). Ninguna cornada.
Bravos y mansos salvaron la curva de estafeta juntos y volaron por Estafeta, dificultando a los mozos realizar carreras largas, aunque alguno sí consiguió brindar al público ‘sprines’ de mérito.
Cuando parecía que los periodistas podrían empezar a escribir aquello de “encierro sin incidencias”, los Jandilla se rebelaron y propiciaron los momentos de tensión de la jornada. Dos astados tropezaron y se cayeron pasada la curva de Telefónica. Los mozos les ayudaron a levantarse. El primero volvió a tropezar con un pequeño montón de mozos en el lateral derecho del callejón que, una vez más, se saldó con mucha fortuna y ningún herido. Al segundo le costó más recuperar la marcha, pero entró en la plaza sin nuevos sobresaltos con un tiempo de 3 minutos y 4 segundos. Sus hermanos, los cuatro primeros, lo habían hecho un minuto antes.