julio 2022

En la década de los 50, el cine español comienza a ver el potencial de las fiestas sanfermineras en el cine. En 1957, el mismo año de Fiesta, Gonzalo Delgrás rueda El Cristo de los faroles. Ni la temática, ni la historia de esta película parece que puedan encajar con nuestras fiestas, pero, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en uno de esos bolos de Antonio Molina en San Sebastián (con su paseo de la Concha), surge una visita a una corrida en el coso pamplonés. Anecdótico.

Tres años de pandemia han impedido la celebración de los sanfermines, pero este 7 de julio, el Santo ha recorrido de nuevo las calles de su ciudad entre aplausos y ovaciones, jotas y ofrendas en forma de pétalos de flores.

Sabido es que el encierro de Pamplona levanta pasiones en todo el mundo, y la prueba son tres madrileños que llevan casi una veintena de años viniendo a Pamplona para correr los ocho encierros de los Sanfermines.

A partir de aquí, la presencia de las fiestas en el cine es desigual. A veces es tan sólo una secuencia de una corrida y ni siquiera se nombra a la ciudad. En ocasiones uno reconoce el lugar simplemente por las muchas veces que lo ha visto, con lo que para un extraño es muy difícil saber que eso que hay en pantalla son las fiestas de San Fermín.